JELLY TANKS. SERIES ONE

Alejandro del Valle

Del 7 al 27 de noviembre

Texto curatorial

Fernando Barrionuevo y Rosa Muñoz Bustamante
Directores y comisarios de MECA Mediterráneo Centro Artístico

 

La exposición Jelly Tanks. Series One del artista Alejandro del Valle, que presentamos en MECA Mediterráneo Centro Artístico del 7 al 27 de noviembre, constituye una propuesta artística de gran calado conceptual y estético. Su relevancia no radica únicamente en la potencia visual de las obras, sino en la complejidad de su construcción simbólica y en su capacidad de activar un campo de pensamiento crítico desde la imagen contemporánea. La práctica de Alejandro del Valle emerge aquí como un gesto lúcido que conecta tecnología, historia, filosofía y mitología, para interrogarnos sobre la manera en que percibimos —y procesamos— la violencia en una época atravesada por la hipervisualidad.

En el núcleo de esta serie late una paradoja visual y semántica de gran precisión: tanques encapsulados en cuerpos blandos y translúcidos de gelatina, cada uno vinculado a un color hexadecimal derivado de un mineral. Este lenguaje formal, aparentemente simple, opera como una estructura simbólica densa. La dureza de la máquina bélica, concebida históricamente como emblema de poder, control y agresión, se ve suspendida y contenida dentro de una materia blanda y luminosa, asociada culturalmente a lo doméstico, lo lúdico y lo infantil. De esa fricción emerge un territorio inquietante, en el que la violencia no desaparece, sino que queda latente, sublimada bajo la apariencia seductora de una forma casi inocente.

Esta operación visual y conceptual es, en esencia, una reflexión sobre el modo en que la violencia se representa y se consume en la sociedad contemporánea. En un presente donde la experiencia del conflicto se filtra a través de pantallas y dispositivos tecnológicos, la guerra se convierte en imagen —y la imagen en espectáculo—. Lo bélico, mediado y estetizado, deja de herir directamente para ser digerido, consumido y compartido. Del Valle expone este proceso al desnudo: la gelatina no solo envuelve al tanque, lo traduce; lo vuelve parte de un relato visual que evidencia la distancia crítica entre la realidad de la violencia y su percepción social.

 

Sin embargo, Jelly Tanks no se agota en su lectura política. Su fuerza radica también en la profundidad simbólica de su estructura. Cada imagen es, más que un objeto terminado, un vector de pensamiento. El artista activa una genealogía que parte de referentes iconográficos clásicos, desde la mitología y la pintura renacentista y la enlaza con el pensamiento contemporáneo, articulando una constelación de ideas que incluye la filosofía, la semiótica visual y la arqueología de la imagen. El tránsito de estas obras, de la pantalla digital al soporte físico, no es un simple proceso técnico: es una operación poética y conceptual en la que lo intangible adquiere cuerpo, textura y presencia.

 

En este proceso, lo digital y lo matérico no se oponen: se complementan y tensionan mutuamente. La imagen nace en un entorno sintético, se imprime sobre papel o lienzo, y retorna al espacio expositivo como símbolo expandido. La obra no es la imagen en sí, sino la constelación de relaciones que genera: entre tecnología y contemplación, entre percepción mediada y memoria cultural, entre estética y conflicto. La imagen se vuelve, así, un espacio activo, un territorio de pensamiento.

 

La serie de Alejandro del Valle se inscribe en una línea de investigación que conecta la precisión técnica con la densidad conceptual. Ironía y alegoría, memoria y tecnología, domesticidad y poder se entrelazan en un relato visual que no busca ofrecer certezas, sino activar zonas de resonancia. Frente a la literalidad de la representación, Jelly Tanks propone la complejidad de un símbolo mutable: un gesto de contención que es también una advertencia, una lectura de nuestro presente desde la estética de la paradoja.

 

Para MECA Mediterráneo Centro Artístico, acoger esta exposición significa reafirmar nuestra vocación como espacio de pensamiento crítico, de investigación curatorial y de apoyo a prácticas que desafían las categorías establecidas. Nuestra línea programática se fundamenta en un diálogo activo entre arte contemporáneo y contexto sociocultural, y en ese marco la obra de Alejandro del Valle encuentra un lugar preciso: no como objeto aislado, sino como enunciado dentro de una conversación mayor sobre cómo se construyen y se consumen las imágenes en la contemporaneidad.

Jelly Tanks. Series One no es solo una serie de obras; es un dispositivo crítico, una constelación simbólica que interpela a la mirada contemporánea y desvela las grietas entre lo que vemos y lo que verdaderamente sucede. Es un territorio de confrontación silenciosa entre lo bélico y lo doméstico, entre lo tecnológico y lo sensible, entre la dulzura y el acero. Una imagen que, lejos de cerrar significados, los abre y los multiplica. Un espejo complejo y necesario de nuestro tiempo.

 


LATENCIAS

Del 12 al 30 de diciembre de 2025

LATENCIAS

Una exposición sobre la fuerza y el poder de lo invisible

 

Latencias es una exposición colectiva, comisariada por Fernando Barrionuevo, que aborda el territorio de lo invisible como fuerza generadora y transformadora.

En un tiempo dominado por la inmediatez de la imagen y la saturación de estímulos, la exposición se erige como un espacio de suspensión, de escucha y de atención hacia lo que no se ve pero actúa. Lo latente, entendido como lo que existe en estado potencial, se convierte aquí en un principio estético y filosófico desde el que repensar la experiencia contemporánea del arte. Sugiere una presencia contenida, una vibración en espera; es el pulso que antecede a la manifestación, el intervalo entre el pensamiento y la materia, entre la intuición y el gesto. En este sentido, la exposición propone un acercamiento al arte como proceso en constante devenir, como campo de fuerzas en movimiento donde el tiempo, la memoria y la percepción se entrelazan.

 

Las obras reunidas en Latencias, de los artistas Juan Morante, Francisco Uceda, Mar Garrido, Toña Gómez, Modhir Ahmed, Carmen Guardia, Paco Lagares, Gerda Van Damme y Fernando Barrionuevo, operan desde la sutileza, la sugerencia y la ambigüedad. No buscan imponer una imagen ni cerrar un discurso, sino abrir espacios de resonancia y reflexión. Cada pieza funciona como un eco, como una huella en expansión que se extiende más allá de sus límites materiales, activando en el espectador una percepción sensible y atenta.

 

El proyecto parte de una premisa esencial: lo invisible no es lo inexistente, sino aquello que aún no hemos aprendido a ver. En la naturaleza, en la mente, en la historia y en el propio cuerpo se manifiestan formas de latencia: procesos que permanecen ocultos hasta encontrar las condiciones propicias para revelarse. El arte contemporáneo, desde esta perspectiva, se convierte en un instrumento de exploración de esos estados intermedios, en un lenguaje capaz de dar forma a lo inaprensible.

 

La exposición no se organiza bajo un criterio formal o temático cerrado, sino como un tejido de relaciones y tensiones entre obras, materiales y sensibilidades. Las piezas dialogan entre sí como si compartieran un mismo ritmo interno, una respiración común. Algunas se sitúan en el límite de la visibilidad, trabajando con la luz, la sombra, el vacío o la transparencia. Otras exploran la dimensión energética del espacio, transformando el lugar expositivo en un territorio vibrante, casi vivo. Y otras, más introspectivas, se adentran en la memoria y en los pliegues del pensamiento, revelando las huellas de lo que no se dice pero permanece.

En este contexto, Latencias no se limita a mostrar obras, sino que construye una experiencia. Cada visitante es invitado a recorrer un espacio que respira, que reacciona, que pide silencio o contemplación. La mirada se convierte en un acto de descubrimiento y la presencia del espectador en una forma de activación. Al igual que la latencia requiere de una chispa para hacerse visible, las obras se completan con la atención de quien las observa.

 

Desde el punto de vista curatorial, la exposición se plantea como una reflexión sobre la naturaleza de lo perceptible y sus umbrales. Si la historia del arte ha sido también la historia de la visibilidad —de lo que se muestra, de lo que se representa—, Latencias se posiciona en el reverso: en la zona donde la imagen no es evidencia, sino interrogante. Las obras aquí reunidas operan desde la intuición y la experiencia poética, invitando a repensar la noción de realidad no como algo dado, sino como algo en permanente construcción.

En Latencias, el arte se concibe como un territorio de tránsito, un umbral donde las obras laten, respiran y se transforman. No son objetos conclusos, sino procesos abiertos, fragmentos de un discurso que continúa fuera del espacio expositivo, en la mente del espectador. Lo que importa no es tanto lo que muestran, sino lo que despiertan: la memoria de lo ausente, la intuición de lo posible, la conciencia de lo invisible.

Esta exposición es, en última instancia, una invitación a ver de otra manera. A detenerse en lo que pasa desapercibido, a escuchar las frecuencias más bajas de la realidad, a reconocer que la fuerza de lo invisible sostiene y atraviesa todo lo visible. Latencias nos recuerda que el arte no siempre grita: a veces apenas susurra, pero ese susurro puede alterar por completo nuestra percepción del mundo.

ENTIDAD FINANCIADA PARA LA MEJORA DE EQUIPAMIENTO PRODUCTIVO, INSTALACIONES Y OTROS ACTIVOS FIJOS A TRAVÉS DE LA SUBVENCIÓN DESTINADA A FOMENTAR EL CRECIMIENTO, LA COMPETITIVAD Y LA CONSOLIDACIÓN DEL SECTOR COMERCIAL Y ARTESANO DE ANDALUCÍA

«ENTIDAD FINANCIADA POR LA UNIÓN EUROPEA-NEXT GENERATION EU»

SUBVENCIONES A LA INVERSIÓN PARA EL APOYO A PROYECTOS DE ACELERACIÓN CULTURAL Y/O CREATIVA EN ANDALUCÍA 2023

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