Juan Morante. España
Para mí, arte- vida, o vida-arte se manifiestan exclusivamente creando. Creación constante, diaria, y siempre lo más intensa posible. La creación es el oxígeno para el artista. El ansia de pintar se purga pintando, y si logramos curarnos de esta pasión que el arte nos inculca es liberándonos de ella. Y solo nos liberamos practicando más cada día.
Mi creación es un proceso continuo y lineal, donde cada obra tiene el sentido que le otorga la obra precedente, con la cual se identifica necesariamente, pero a su vez de la cual diverge y diferencia. De este modo, sobre una base bien firme que la sustenta,(el trabajo artístico de toda una vida), puedo encontrar en cada obra naciente, una nueva sorpresa para alimentar la pasión. Y esta sorpresa, de cada nueva obra, es lo que me fascina e impulsa al trabajo creativo diario, al trabajo-gozo de pintar.
Toda mi obra nace de la pintura, incluso cuando el proceso abandono el soporte bidimensional y se convierte en escultura o en instalación, el peso de lo pictórico continúa sustanciando estos trabajos.
Este trayecto lineal, artístico y vital es un cauce por el que discurre las antinomias de arte y ciencia, de razón y sensibilidad. Y es el cauce por el que navego, intentando mixturar ambas esferas, pasión y razón, buscando el justo medio, el equilibrio y la distancia.
Este camino tiene su origen mediados los años 80, iniciándome con referencias de movimientos tales como la Transvanguardia italiana, o el neoexpresionismo alemán. Incorporando y confrontando con otras experiencias geométricas y racionales, constructivistas a veces, deconstructivistas otras, hasta conformar un lenguaje creativo propio, ambivalente, dinámico, que me permite moverme alternativamente entre estos dos mundos.
En la actualidad, tras la exposición “Espacios Animados”, en el Museo de las Murallas de Ceuta (2011), la evolución consiguiente me hace desprenderme de los últimos vestigios realistas (aquellos cuadrados negros o azules que transformaban una abstracción, otorgándoles características de fachada arquitectónica), suprimo igualmente la diversidad de colores, y me centro exclusivamente en gamas de rojos y marrones. Surge así la Serie “Estructuras rojas” en la cual me ocupo actualmente. Y pienso ya en una inminente serie que aúne el rigor de las matemáticas como abstracción, y la elegante frialdad del entorno de pintura en negro-casi negro.
Y continúo indagando en mis estructuras tubulares de cartón con bandas autoadhesivas pintadas con diversos colores, objeto tridimensional y materia prima para la construcción instalactiva.
Almería, Abril 2012