Belén Mazuecos. España

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El proyecto “Oasis y espejismos” plantea una reflexión sobre las relaciones que se establecen entre el individuo y el espacio social en el que se  integra, indagando en la forma en que la persona construye su identidad en referencia al lugar que habita, desarrollando el sentido de pertenencia.

De esta forma, se genera una relación dialéctica entre el yo individual, la otredad y el contexto, quedando de manifiesto cómo los desastres naturales y los problemas sociales alejados de nuestro entorno cotidiano son percibidos en la distancia como espejismos efímeros.

Nuestro hábitat específico se convierte en un territorio en el que se construyen y comparten significados que nos permiten interpretar la realidad y definir nuestra identidad cultural. La casa-oasis, se convierte en un reducto de bienestar en oposición dicotómica a la crisis global que nos afecta, y es entendida como símbolo central del parentesco. El hogar implica la existencia de una red social que comporta el compromiso de una solidaridad duradera y se interpreta como asociación de las personas a una propiedad, a una costumbre y a la cultura y contexto particulares en que se encuentran inmersos. De esta forma, el proyecto “Oasis y espejismos” toma la casa como una unidad de producción, reproducción y consumo, aislada de un entorno hostil. La arquitectura de la casa asume, de esta forma, la dimensión de microcosmos, delimitando la superficie acotada un verdadero ecosistema doméstico. Este espacio define, claramente, un territorio donde se desarrolla nuestra vida social y nos relacionamos con nuestra cultura local pero, además, marca la separación entre nuestras experiencias y “las de los otros” y la gestión de la diferencia a través de lo “glocal” (global + local).

La casa transforma en paisaje abstracto la alteridad, proporcionando un marco subjetivo al observador que se sitúa en su interior. De esta forma, la realidad de los otros (mediatizada por los mass media) deja de ser presentación y pasa a ser “representación” de sí misma. Las imágenes tergiversadas y descontextualizadas en el proceso de difusión, distorsionan nuestra percepción de la realidad convirtiéndose en falaces ilusiones ópticas, imágenes líquidas e imprecisas de la realidad, espejismos de sí mismas.

La extrema aridez de la realidad actual contiene en su interior paraísos fértiles; El icono de la casa con la prótesis de la palmera remite a un espacio metal más que físico, a la idea de hogar y también a la acepción figurada del término “oasis”: tregua, descanso.

La vida florece y resiste incluso en medios agrestes.